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One comment

  1. MIS EXPERIENCIAS EN EL VAISHNAVISMO

    Introducción

    El presente libro está dirigido a las nuevas generaciones de buscadores de la ‘verdad’, aunque de ninguna manera éste proclama ser la panacea del tema, discutirá lo más fidedignamente y de manera concisa, la expresión escrita respecto a la inquietud del autor en buscar la verdad desde sus más tempranos esfuerzos racionales, al tratar de responder a las cuestiones inmediatas sobre este tema, pues de antemano sabemos que el tema es inacabable. Y a pesar de que existen detractores que niegan la existencia de ésta.
    Aun cuando el autor nació en una familia cuyo concepto de la realidad se entrelazaba con los principios católicos de origen judeo-cristiano, la falta de respuestas coherentes en diversos temas lo llevó a estudiar y analizar otras formas de pensamiento que en apariencia eran diferentes, pues colisionaban en algunos aspectos entre sus aseveraciones fundamentales y en otros, eran los mismos expresados de forma diferente.
    Al principio seguiré una cadena de pensamientos que he estado utilizando en mis presentaciones acerca de la filosofía oriental en escuelas de nivel medio superior, secundaria y preparatoria, aunque puede ser leído y entendido por estudiantes y docentes de cualquier nivel académico; para después comenzar a analizar los diferentes puntos de vista espirituales acerca de la ‘realidad’ que a través del tiempo han presentado las diversas tradiciones centenarias de la India y de otros países que han copiado estos conceptos o que simultáneamente los han descubierto por motivos desconocidos, o de causalidad, o de casualidad.
    Siempre teniendo en cuenta lo mencionado por la famosa teósofa Madame Blavatsky, ‘mi religión es la VERDAD’, aunque el problema sea que a lo mejor ésta pueda estar en mi nariz y no pueda percibirla como se debiera, o sea objetiva y claramente, para poder comunicarla a los buscadores sinceros de ella.

    Emilio Ituarte B.

    Capítulo Primero
    Generalidades acerca de la Filosofía

    Para muchos, el término —filosofía— sonará desconocido dependiendo de su nivel académico, así que perdónenme los que ya lo saben, pero iniciaremos desde cero. ¿Para qué necesitaremos de la filosofía en nuestra búsqueda de la ‘verdad’, dirán los novicios? La cuestión es que la misma palabra filosofía que significa (Filos-amante y Sofía- sabiduría) nos encamina directamente a nuestro tema de la verdad en el más amplio sentido de ésta. Antes de continuar esta exposición, sería bueno comentar que el idioma que utilizamos—el castellano—, proviene de la gran familia de las lenguas Indoeuropeas, el cual está basado en las grafías devanagari (de los dioses) del sánscrito que hasta la fecha se utiliza en todos los ritos religiosos védicos de la India, y que es la madre de todas las lenguas occidentales como el latín, el griego, el francés, el portugués, considerados como lenguas romances, por derivarse del latín vulgar y del latín clásico, así como el inglés y el alemán,
    Nuestra conciencia y todo nuestro ser está conformado de palabras, conceptos, ideas que corresponden con los objetos del mundo externo que nos rodea. Por ejemplo, si pensamos en una fruta —la sandía— ésta existe en realidad en el mundo externo y aunque es un pensamiento y/o palabra dentro de nuestra conciencia, también es un objeto en el mundo de la ‘realidad’, así pues la conciencia se alimenta o se abastece de pensamientos e información de objetos del mundo externo que se entremezclan e interactúan dentro de nosotros.
    Ahora que, esa información puede ser verdadera o falsa, objetiva o ficticia. Que después se convierta en subjetiva es otra cosa, pero no nos adelantemos con subjetivo y objetivo, para no confundirlos, aunque pueden buscarlo en sus diccionarios. Algo así como esto, de la Real Academia Española de la Lengua:

    subjetivo , va. (Del lat. subiectîvus).
    adj. Perteneciente o relativo al sujeto, considerado en oposición al mundo externo.
    || Perteneciente o relativo a nuestro modo de pensar o de sentir, y no al objeto en sí mismo.

    objetivo , va.
    adj. Perteneciente o relativo al objeto en sí mismo, con independencia de la propia manera de pensar o de sentir.

    Pero volviendo a nuestro tema principal, la sabiduría sería algo que es la verdad pura y plena acerca del tema que estamos tratando de determinar; ya sea éste oculto u obvio, visible o invisible; a diferencia sólo del acopio de información de la ciencia y sus científicos que sólo se abocan a los fenómenos dentro de nuestra experiencia, de la materia inorgánica o de la naturaleza. Ya teniendo en cuenta lo básico de la filosofía y cuyo fin es darnos las respuestas a nuestras interrogantes más inmediatas respecto a la realidad, o sea entender mediante un conocimiento puro y fidedigno qué es a ciencia cierta la realidad que nos rodea, diremos que ésta se pregunta, sólo para empezar, tres cuestiones, que son:

    1) ¿Quién soy yo?
    2) ¿Qué es este mundo?
    3) ¿Cuál es mi ‘verdadera’ relación con este mundo?
    Según lo sabios de la India, ‘no’ podemos contestar objetivamente, y lo más lamentablemente, —plenamente— a estas preguntas debido a las siguientes cuatro imperfecciones o fallas que tiene el ser humano ordinario. Las cuales son:
    1) Tenemos sentidos imperfectos.
    2) Somos propensos a engañar a los demás y a nosotros mismos.
    3) Cometemos errores.
    4) Y caemos fácilmente en la ilusión.
    De la primera podemos decir, por ejemplo, que nuestros ojos no nos dicen en ocasiones, claramente qué es la realidad, pues si vemos una vías de tren a lo lejos, pareciera que se juntan, aunque nunca lo hacen. O si metemos un lápiz en un vaso de agua pareciera que se tuerce en ella.
    Acerca de la segunda imperfección, todos sabemos lo fácil que se nos hace decir mentiras aunque no lo necesitemos, para excusarnos respecto de algún comportamiento, o al disculpar nuestras fallas por llegar tarde a una cita (se me ponchó una llanta), etc. Nos vamos poco a poco apartando de la verdad que es lo más precioso de la vida.
    De la tercera imperfección no hay mucho que decir, pues resulta obvio que sí cometemos errores toda nuestra vida y algunos de ellos pueden costarle la vida a nuestros congéneres, simplemente si no conducimos un automóvil apropiadamente podemos dañar a alguien o a nosotros mismos, qué decir de los errores que son cometidos por los pilotos de los aviones, sus resultados son mortales.
    De la cuarta, es de donde surgen todas las películas cinematográficas y los sueños futuros de nuestras efímeras vidas. La ilusión. Así mismo, de ella se originan todos nuestros planes o proyectos futuros imaginarios, de donde nace la palabra desilusión, pues las más de las veces resultan truncados, ya que nunca se cumplen, o el resultado de éstos son diferentes a los esperados. Creo que este último no necesita más explicaciones.
    Con estas cuatro imperfecciones sobre nuestras espaldas es difícil decir cuáles son las respuestas correctas y sin lugar a dudas a nuestras tres primeras preguntas que aguijonean nuestras expectativas de conocer la verdad, acerca de estas tres primeras respuestas, porque las preguntas en cuanto a la filosofía son ilimitadas así como sus respuestas, si es que las hay a todas ellas.
    Entonces, ¿cómo sabremos las ‘verdaderas’ respuestas a tales preguntas? Los sabios de la India nos dicen que sólo a través de la ‘revelación’ se pueden conocer las respuestas correctas, ahora trataremos de explicar lo que esto significa.
    La primera tentativa de responder a las cuestiones antes mencionadas utilizando nuestros propios medios, se denominaría como PROCESO ASCENDENTE, pues desde nuestra posición dependiente, condicionada o como se le quiera denominar en nuestra cultura judeo-cristiana, —caída— pues nos desconectamos de la gracia de Dios (o del paraíso) debido a un pecado real o imaginario, dependiendo el punto de vista (pues los judíos ortodoxos no creen en un pecado original) tratamos de encontrar las respuestas a nuestras interrogantes.
    ¿Qué quiere decir esto?, pues que por nuestros propios medios limitados e imperfectos tratamos de descubrir la verdad, pero ya vimos que no es válida esta tentativa o propuesta, debido a los ya mencionados cuatro defectos innatos. Sin embargo, toda la filosofía occidental está basada en la especulación de muchos intelectuales de diferentes países, gente muy capaz que cree poder saber más que Dios, sin Él. Este sendero no es para nada confiable, como ya lo ha demostrado la historia. Los estudiosos de la filosofía académica no estarán de acuerdo pero esta es la triste realidad. El capitalismo, el comunismo, el nihilismo, el anarquismo y todos los demás «ismos» no han funcionado nunca apropiadamente en la práctica.
    Entonces nos quedaría solamente como recurso el PROCESO DESCENDENTE, es decir que de arriba, o de adentro, es decir que desde la trascendencia o desde la inmanencia, se imparte o desciende el conocimiento que nos ilumina, nos aclara y nos dice cuál es la realidad o la verdadera respuesta a nuestras preguntas fundamentales. Desde luego aquí cabe decir que el sentimiento general humanístico y de sentido común es que hay o existe un Dios Personal Supremo que personifica a la sabiduría o que Él mismo es ella y de donde emana. Así que si Él (o Ella) se digna otorgárnosla podremos dar respuestas coherentes a estas interrogantes. Ya sea a través de algún santo iluminado, profeta, ángel o avatar que manifiesta las escrituras sagradas que sustentan las diferentes religiones reconocidas.
    Pasemos ahora a las estadísticas. La humanidad que es de aproximadamente 5 billones de personas profesan principalmente cinco grandes religiones (con sus consiguientes derivaciones): el cristianismo, el judaísmo, budismo, el islamismo y el hinduismo, que supuestamente deben su origen a la revelación o el proceso descendente. Y sus escritos sagrados son los que marcan el camino a seguir en sus aspiraciones respecto al más allá de los que las profesan, y que enarbolan sus seguidores, al asegurar que son revelaciones de la divinidad, o de algunos de sus mensajeros. Éstos podrían por ello servirnos para tratar de responder a nuestras interrogantes. Los cuales son: La Biblia, el Corán, el Dhammapada, y los Vedas de la India.
    Aquí cabría señalar que por ejemplo, en el judaísmo (y en casi todas), existe lo que se llama el Talmud que es la interpretación dada por los sabios del sanedrín respecto a la Tora o el antiguo testamento, y es lo que siguen muchos judíos a través del mundo, los creyentes claro, porque también hay mucho ateo, y lo mismo sucede con los Vedas donde se considera que el smriti o los comentarios de los sabios dan la pauta del conocimiento ‘correcto’, los cuales son interpretaciones de las escrituras, cuando éstas no son lo suficientemente claras y directas en cuanto a su significado.
    Pero no vamos a tomar como válidos, por ahora, esos comentarios de las escrituras, porque las más de las veces son interpolaciones de otras religiones, como es el caso de los derviches del islamismo o sufis, que en sus libros todo el tiempo mencionan términos de los Vedas; o los comentarios de los primeros cristianos destacados como Santo Tomás de Aquino (Suma Teológica) y San Gregorio del siglo VI que inventó los pecados capitales, basados en los filósofos griegos, y lo mismo pasa con los judíos y los budistas. También podemos decir que existen personas que no les interesa saber las respuestas, o dicen que son muy difíciles y que hay que hacerlas a un lado, y sólo dedicarse a vivir, o sea llenar la panza, satisfacer la ‘piel’, con el sexo y otras amenidades relacionadas con nuestro cuerpo, (comer, dormir, aparearse y defenderse) las cuatro actividades de éste.
    Pero regresando a nuestro tema, este proceso descendente involucra, principalmente, dos factores en la mayoría de las religiones mundiales (judaísmo, islamismo y budismo): el profeta o sabio ungido e iluminado de cualquier nacionalidad y las escrituras (la Biblia de los judeo-cristianos, el Corán de los árabes, el Dhammapada de los budistas y los Vedas del hinduismo) que dejan plasmadas los tales sabios o profetas o iluminados; y un tercer factor, en el caso de la revelación hindú, que se da con regularidad en la India y que es el del Avatar o el descenso personal de la divinidad. (y claro está, existe el caso de Jesucristo, el fundador del cristianismo, quien es elevado (¿o la tiene?) a la posición más exaltada, de Dios mismo, lo cual sólo es reconocido por sus seguidores, que son muchos, pero nadie más, los musulmanes no lo reconocen como tal, ni los judíos, ni los testigos de Jehová y sólo algunos hinduistas).
    Se me hace difícil decir la palabra no, respecto a cualquier tema que tenga que ver con la divinidad, pues personalmente la considero a ésta como un gran sí, pero esa es la dificultad en este mundo, el escepticismo y el materialismo en boga y desde siempre. Y también, la gente sin escrúpulos que se mete con estos temas para ensuciarlos y arrastrarlos a su nivel de imperfección, creando con esto un ambiente de incredulidad debido a lo absurdo de sus aseveraciones y de desinterés en el tema. Con esto quiero decir que sí existe la posibilidad de que Dios mismo se encarne pues, ¿quién se lo puede impedir? Mas también se puede tomar esto muy a la ligera y designar o elevar a algún gran santo o profeta a la posición súper exaltada de Dios Supremo, así como así, esto pasa sobre todo en la India. De que Jesucristo sea o no Dios, no lo puedo ni afirmar ni negar, porque no he tenido la experiencia de su ser, sólo pienso que es adorable por ser una persona divina llena de amor a sus semejantes y que existe la posibilidad, pero se me hace un tanto remota, debido a algunas afirmaciones hechas por sus seguidores que no encajan en el perfil de un Avatar, como eso de que es el cordero de Dios, ¿o es Dios o es un animal de sacrificio, o las dos cosas?, esto está muy complicado. Además según otras revelaciones orientales, Dios es el creador de millones de soles, y ¿pueden ustedes escupir al sol o crucificarlo, el cual es sólo una insignificante manifestación de la gloria del Dios supremo? Mas a Jesucristo, quien dicen sus seguidores es Dios mismo, lo escupieron y lo crucificaron. ¡Qué horror! Esta situación pone al Dios supremo si es que envió a Jesucristo a este suplicio, en el papel del más grande monstruo justiciero vengador y verdugo, que para lavar el pecado real o imaginario de Adán y Eva manda a su hijo para que sufra, es muy difícil entender esto. Pues, ¿no que Dios es amor y éste todo lo perdona? Realmente los seguidores fanáticos de este dogma (opinión) no tienen una capacidad normal de pensar o de sentido común.
    Pero regresando a nuestro asunto de claridad, de la cual carece las más de las veces la revelación semítica. ¿Cuáles de entre todas estas revelaciones basadas en las escrituras supuestamente reveladas (porque los que las escribieron ya están en otra dimensión) es la buena o la más completa y que nos va responder adecuadamente o satisfactoriamente nuestras preguntas? Comencemos con la primera pregunta:
    Si a alguno de ustedes se le pregunta, ¿quién eres tú?, y sucede que eres un joven mexicano, moreno, estudiante, de nombre Juan, lo primero que responderás será, ‘yo soy Juan’. Creemos que somos nuestro nombre en primer lugar, una palabra que por lo regular quiere decir algo más de lo que somos, por ejemplo éste último quiere decir ‘Dios es misericordioso’ y Pedro quiere decir ‘piedra’, etc. Pero qué tiene esto que ver realmente con nuestro ser, no somos Dios, ni piedras, aunque algunos se creen el primero y son lo segundo, metafóricamente. Luego, si le seguimos preguntando a ‘Juan’, él dirá que es mexicano, moreno, hombre, etc. Pero entre todas estas cosas que son su cuerpo y localización ¿quién realmente es o qué es? Pues todas estas cosas pueden cambiar, nos podemos cambiar de nombre, de nacionalidad, del color de la piel (como un artista muy conocido de apellido Jackson), hasta de sexo. Así que nuestro sentido común falla en responder directamente y mediante la experiencia esta pregunta. La Biblia desgraciadamente no nos responde adecuadamente a esta interrogante: ¿quiénes somos? Al principio de ella sólo se menciona que somos polvo y que en polvo nos convertiremos. ¿Pero somos polvo? Quizá parte de nuestro cuerpo, pero en su mayoría el cuerpo tiene agua, no solo polvo y tenemos aire y fuego. Si no ¿qué es lo que respiramos, y la temperatura corporal? Sólo al final de ella, San Pablo menciona y eso por su influencia de los filósofos griegos que tenemos un espíritu o alma pero no nos explica detalladamente nada acerca de esto, sólo que se origino del soplo divino sobre el barro, del relato de Adán y Eva. Por consiguiente y por ahora, no nos es útil la Biblia para responder estas preguntas, ya que es un tanto básica espiritualmente hablando para nuestro avance científico y racional actual, y lo único que obtendremos será la reflexión de algún seguidor ignorante, quizá hasta fanático y sectario que dará su explicación especulada del tema.
    Claro que la enseñanza de Jesucristo es inmaculada y llena de verdades que nos atañen de una u otra manera, pero que fueron expresadas un tanto vagamente en forma de alegorías porque los escuchantes no estaban preparados para otro tipo más elevado de mensaje. Es decir, sus ejemplos son un tanto materiales como el de Dios como un padre amoroso que al regresar su hijo amado le mata un buey para que se lo coma y lo viste con atuendos lujosos. Nos regresa a nuestro concepto material del cuerpo y sus deseos actuales de bienestar material, pero transferidos al más allá, pero trataremos este tema del cristianismo en una forma más profunda en otro capítulo que hable del personalismo a diferencia del impersonalismo.
    Ya que a la Biblia, la tenemos que descartar por ahora, para nuestra labor filosófica, junto con el judaísmo, por no contener explícitamente la respuesta a nuestras interrogantes, pues sólo se ocupa de las guerras de los judíos en contra de sus vecinos, y su concepción de que Dios siempre se encuentra enojado con ellos por desobedientes, mientras que la parte del Señor Jesucristo aunque muy hermosa y no escrita por él, sino por los discípulos de sus discípulos, o sea que ya no sabemos realmente qué fue lo que dijo, sólo se aboca a temas morales y éticos de buen comportamiento para complacer a Dios, y aunque se habla de una salvación, no se explica cuál es, más adelante los padres de la iglesia introdujeron todo estos conceptos del purgatorio, el cielo y el infierno, con base en la filosofía griega y principalmente de Aristóteles y algo de Platón (la escolástica). No quiero decir con esto que no crea en el cielo y en el infierno, sino que las antedichas escrituras semíticas no los mencionan ni remotamente. Algunos judíos, en una de sus páginas de Internet, mencionan que el conocido mandamiento de amar al prójimo como a uno mismo, de los diez mandamientos, es que sí, pero al prójimo judío, solamente. No son nada universalistas, tiene que ser judío para poder amarlo. No tienen la menor idea acerca del alma, pues sus escrituras no mencionan nada absolutamente de ésta, creen mediante el sentido común y por la influencia de otras corrientes de pensamiento, pero nada más. Y son los principales impulsores del materialismo, pues su Dios desconocido y sin un nombre coherente, (Jesucristo nunca confirmó esto de Jehová, que fue designado por los masoretas durante la dominación babilónica, sino que le llamaba Padre) lo que les ofreció fue ‘la tierra prometida’ o sea riquezas a costa de matar a todos los habitantes de ésta, pues la tierra es la que produce todo lo necesario para adquirir riquezas, comida, vestidos, joyas, etc. ¿Dónde quedó el Dios de amor? Será para los judíos; y para los demás… —la ley de Herodes—. Ni la salvación, ni el cielo, ni nada de esto se menciona en sus escrituras, es decir, la Torá o el antiguo testamento.
    El Corán desgraciadamente es una copia muy mala de la Biblia con la misma primitivez rampante que da espacio a una tremenda omisión de conocimiento, que sólo es posible llenar con su vulgar fanatismo violento que sufrimos hoy en día. No le quitamos a esta escritura el gran valor devocional a su Dios desconocido e indeterminado que sólo se le denomina como Muy Grande —Alá–, pero el cielo es también muy grande y no nos la pasamos adorándolo. Es decir, no tiene una personalidad concebible que podamos imaginar o anhelar. O que remotamente se acerque a nuestra naturaleza humana, frágil y pequeña, tan necesitada de un amoroso Dios Supremo Personal, cercano, hermoso y amoroso. Y lo único a lo que aspiran es a algún tipo de cielo parecido al paraíso terrenal lleno de vírgenes y de vino donde emborracharse y pasarla bien será su meta final (es lo que les prometen a los terroristas que se explotan en Jerusalén), algo burdamente material otra vez. No promete una trascendencia difícil de alcanzar, más allá del cielo y de la tierra. Creo que uno de los problemas principales de todas estas denominaciones es que no lo mencionan a Dios como SUPREMO, pues con esto se quitaría esta tara de tu Dios, y mi Dios. Supremo sólo hay uno. Pero desgraciadamente esta palabra no existe en su lenguaje primitivo, sólo en el sofisticado lenguaje sánscrito de la India (Parama).
    Nos quedan entonces solamente el budismo y el hinduismo en nuestra encuesta filosófica, lo cual será fácil porque el budismo es una doctrina atea, o sea que no creen en la existencia de un Dios Supremo Personal que lo controla todo, y por lo tanto sus seguidores están únicamente interesados en iluminarse o trascender esta naturaleza mortal para librarse del nacimiento y de la muerte o sea la trasmigración del alma y alcanzar su consiguiente eternidad, de la cual sí creen, por ser su doctrina originada en gran medida, pero con sus distorsiones, del hinduismo, o sea basada en Los Vedas.
    No quedándonos sino los Vedas como única fuente de conocimiento no especulado y sin forzadas interpretaciones, que es lo que ha dado lugar a las cuatrocientas mil sectas existentes de las demás religiones. Trataremos de explicar las diferentes ramificaciones que han sucedido a través del tiempo, de los famosos Vedas. Originalmente, estas escrituras fueron compiladas por Sri Vyasadeva Rishi un reconocido Avatar del mismo Dios Supremo (porque hay de otras divinidades subalternas) o la encarnación literaria de Dios. No de un profeta o sabio cualquiera, como en otros casos. Desde luego que después de él, han venido otros seres iluminado que han venido a enriquecer este conocimiento, pero sin contradecirlo o negarlo, pues entonces no sería de origen védico. Dentro de los mismo Vedas, en el Srimad Bhagavatam que es uno de los Puranas o antiguas escrituras de más de cinco mil años, del mismo autor, se menciona la filosofía Sankhya establecida por Kapila Muni una de estas encarnaciones del Dios Personal Supremo que ya hemos mencionado. En la cual nos apoyaremos para contestar éstas y otras preguntas relevantes a nuestro tema de la verdad. (Cabe mencionar que dentro de la cosmogonía hindú, se aceptan hasta tres tipos de entidades vivientes, es decir, las jiva tattvas, las Vishnu tattvas y las shakti tattvas, las primeras son atómicas y dependientes de las otras como cualquier ser ordinario, incluidos los animales y las plantas, las segundas son expansiones mayores (plenarias) o menores (amshas) directas del Dios Supremo, y las últimas son energías como la naturaleza material (Durga) o la espiritual (Yogamaya), en esto hay como en todo, diferencias de opiniones).

    Capítulo Segundo
    Los Vedas y Nuestras Interrogantes (2)

    ‘Veda’ quiere decir literalmente ‘conocimiento’, pero revelado por la divinidad, no creado por algún cerebro agitado por las hormonas de la grandeza, vamos a ponerlo de esta manera ahora y después trataremos las diferentes nomenclaturas y formas del Dios Supremo Personal reconocido y autorizado por las diversas sectas o tradiciones espirituales de la India.
    Los Vedas son un grupo de escritos conformados por los cuatro vedas principales, el Atharva, el Rig, el Yajur y el Sama vedas. Además los dieciocho Puranas o poesía épica que involucra directamente a la divinidad, los Itihasas o historias y leyendas derivadas de Yajur (el Veda original) que conforman el quinto Veda que incluye al Mahabharata, luego está el Ramayana, los Upanishads y el Vedanta Sutra que es la síntesis de estos últimos, y otros, los cuales se consideran en total cerca de 4,520 títulos de los cuales sólo menos de un 6% son del dominio público, los demás se han perdido en el transcurso del tiempo.
    Los hindúes ortodoxos consideran a los Vedas como la Verdad Eterna expresada en palabras eternas. La mayoría tratan desde la creación, mantenimiento y destrucción del universo, hasta los ritos para propiciar a los semidioses, pero principalmente de la adoración y comprensión de la verdad absoluta o Brahman, también acerca de la astrología védica, la ciencia de las armas y la política para los reyes, medicina, arquitectura, etc. Es mucha información que no se puede mencionar en este pequeño libro, pero para ir al meollo de nuestra pregunta, ¿quiénes somos? Diremos que primero se establece que las almas o jivas como se denominan en sánscrito son partes y porciones del Dios Supremo Personal: jivera svarupa hoy krisnera nitya das. Y como tales son sirvientas (femeninas) eternas (nitya das) de Dios (el eterno Dios Supremo masculino —Krishna—). Aunque Su masculinidad y la nuestra sea completamente diferente, por Él ser trascendental y nosotros seres humanos poseedores sólo de un reflejo de ésta en nuestros cuerpos materiales.
    El ejemplo que presentan, por ejemplo los cheitanyitas, en este caso, es el de un cuerpo y sus partes, la mano por ser parte del cuerpo está diseñada para (y su función es) servir a todo el cuerpo al llevarle el alimento a la boca, al darle masaje si siente dolor, protegiéndolo en caso de peligro, etc. O sea la primera lección en espiritualidad sería que: no somos el cuerpo. Esto es muy sencillo, pues nunca nos referimos al cuerpo como al ‘yo’, por ejemplo, nunca decimos ‘yo mano’ o ‘yo pierna’, sino que decimos, tengo una mano y tengo una pierna, existe el propietario del cuerpo y el cuerpo que es sólo un vestido o cubierta del alma.
    Por lo tanto, somos almas eternas sirvientas de Dios, hechas a imagen y semejanza de Él que es amor y otros atributos trascendentales, así pues, nuestra función es amar a Dios sobre todas las cosas, porque el amor es eterno, Dios es eterno y el alma es eterna, por lo tanto también su función, y esta es su religión (relación) eterna. Esto contestaría la primera pregunta de una manera sencilla, aunque existen otras implicaciones que por ahora no trataremos en esta obra. Como son, su forma eterna y su función particular en el más allá o trascendencia, en la presencia de Dios y sus otros asociados eternos.
    Para la segunda respuesta, ¿qué es este mundo? Utilizaremos la filosofía Samkhya, que se menciona en uno de los Puranas sattvicos (en bondad), el Srimad Bhagavatam, que dice que esta manifestación cósmica es Pradhana, energía externa del Absoluto, veamos lo que nos dice la Enciclopedia Británica basada en la secta shankarite:
    Del sánskrito Prakriti (“fuente”), también llamada Pradhana (“principal”), en la escuela Samkhya de la filosofía hindú, la naturaleza material en su estado germinal, eterna y más allá de la percepción. Cuando la Prakriti (también naturaleza), llega a tener contacto con el alma suprema o Purusha, inicia un proceso de evolución a través de diferentes niveles que originan la creación del mundo material. La Prakriti está conformada por tres gunas (Literalmente “cuerdas,” o factores constitutivos cósmicos o modalidades) que caracterizan a toda la naturaleza. Desde el punto de vista Samkhya, sólo la prakriti es activa, mientras que las almas están encarceladas en ella y sólo observan y experimentan. La liberación (moksha) consiste en la liberación del alma de la prakriti, al reconocer su diferencia total de ella mediante la devoción a Dios y Su gracia.
    Le tuve que arreglar un poco a la definición de la enciclopedia pues utilizó el concepto impersonalista de Shankara (del siglo VIII a.C., el cual asevera que Dios no tiene personalidad y que cualquier concepto respecto a esto es sólo una ilusión, o sea, no es real) que no es lo que estamos tratando de definir, debido a que nuestra formación religiosa cristiana nos compele hacia un Dios Personal. Luego ahondaremos en este tema que tiene que ver con el panteísmo o la idea de que todo lo que vemos y lo que no, es Dios, pero sin personalidad, o sea el absoluto sin forma. Y aunque es difícil tanto para un neófito como para alguien experimentado, el poder desenredarse de estos conceptos confusos no los tocaremos ahora.
    Los varios conceptos védicos acerca de la naturaleza material son los siguientes: Ésta es una emanación eterna de Dios, que al momento de la destrucción del universo entra otra vez en la personalidad Suprema (monismo). Ésta es una realidad eterna separada del Dios Personal Supremo pero dependiente y sobre todo, diferente de Él, por ser inerte (dualismo). Ésta es igual a la Suprema Personalidad de Dios y al mismo tiempo inconcebiblemente diferente de Dios (monismo-dualismo). Como podrán ver se parecen todas en algo, y a fin de cuentas estas definiciones se encuentran muy lejos de nuestra actual percepción humana limitada. Lo mismo se dice en mayor o menor medida, acerca de las almas respecto a su relación con Dios.
    En este punto podrían decir, ¿no que la verdad perfecta es una e inequívoca? Sí, la verdad es una, pero las interpretaciones de ésta son variadas debido a la percepción de cada sabio, vidente, profeta o iluminado, en tiempo y circunstancia, les voy a dar un ejemplo: El agua es una, pero en contacto con diferentes variables o condiciones materiales se convierte en vapor o hielo, pero continúa siendo agua. De igual forma, la verdad aunque única e indivisible, al tener contacto con nuestros sentidos y percepción limitada e imperfecta, tiende a parecer diferente, de ahí la diversidad en los conceptos védicos. Esto quiere decir que aun cuando alguien se ilumine y tenga una percepción directa de la divinidad, debido a su condición atómica y dependiente de Dios, lo percibirá sólo desde este punto de vista limitado, que ha sido sancionado por Él.
    ¿En qué se parecen estas definiciones? Pues en que la naturaleza es una energía aparentemente no-consciente, que existe de una u otra manera eternamente y que depende de Dios, y se encuentra conformada de los siguientes elementos fundamentales: tierra, agua, fuego, aire, éter, mente, inteligencia y ego falso (algunos filósofos incluyen al ‘Tiempo’ como elemento de la naturaleza y otros lo consideran como una ilusión espiritual), que son energías ‘separadas’ de Él, aunque en otro sentido como ya vimos están unidas a Él por su dependencia intrínseca, que no tienen aparentemente conciencia, pero la omnisciencia (percepción) de Dios es omnipenetrante es decir, está en ellas y las regula, pero sin ser influida por éstas. El alma también es una energía aparentemente ‘separada’ y para algunos vaishnavas ‘diferente’ de Dios. La combinación de estos elementos materiales conforman el cuerpo humano que está constituido de sentidos y los objetos con los que funcionan o interactúan, es decir, la luz, el sonido, los olores, los sabores, etc. Otra definición de este mundo sería que son los conceptos equivocados o ilusorios de todas las personas que creen que algo de este mundo les pertenece, o sea, dondequiera que vayan, encontrarán que alguien dice que eso que ustedes ven es ‘suyo’, es decir esta ilusión se denomina en sánscrito como: aham mameti, ‘yo’ y ‘lo mío’.
    El mundo está conformado por las almas conscientes que creen que algo de este mundo (los elementos antes mencionados y sus combinaciones) les pertenecen. Desde el cuerpo: mí cuerpo, mi mente, mi mamá, mi ropa, mi casa, mi país, mi comunidad, mi auto, mi escuela, mi deseo, mi futuro, mi novia, mi esposa, mis hijos, mi dinero, mi carrera, etc. Todo lo que ven a su alrededor es ESTO. Y a donde quiera que vayan encontrarán esto, los judíos dicen que Palestina es suya y lo mismo dicen los musulmanes, y por eso se pelean. ‘Yo’ y ‘lo mío’. Pero, ¿quién es este ‘yo’ y qué es este ‘mío’? Ya lo vimos, el alma es este ‘yo’, parte de Dios o emanación de Él o sea una partícula espiritual, y por lo tanto le pertenece a Él, y el mundo es una energía inferior, debido a su falta de conciencia, separada de Dios o unida (como crean o quieran) y le pertenece a Dios; no a los mexicanos, ni a los judíos o americanos o como se denominen a sí mismos, o por otros. Si este sencillo concepto védico fuera aceptado por todos los seres pensantes, no existirían las fronteras, ni las guerras debidas al nacionalismo, ni las envidias, ni el capitalismo, ni el comunismo, ni las religiones de estado, ni nada que nos haga entrar en conflicto. Es más, el introducir esta filosofía resolvería todas nuestras diferencias existenciales, de clase, de capacidad intelectual o de otras, etc. Esto contesta satisfactoriamente nuestra segunda pregunta, ¿qué es este mundo?
    Pasemos a la siguiente pregunta: ¿Cuál es mi relación con este mundo? Si el mundo es una extensión de Dios, (o emanación, o realidad separada pero dependiente) en donde me encuentro temporalmente para ser educado o supervisado, o probado en los caminos del bien y del mal, y se me han dado diferentes leyes, normas o voluntades divinas que tengo que seguir para estar en armonía con Dios; pues esto es lo que tengo que hacer.
    ¿Qué son las leyes de Dios? Por ejemplo, ¿cuál es el asunto más importante dentro del pensamiento religioso judeo-cristiano, es decir, el primer mandamiento en la Biblia de la ley de Dios?: ‘Amarás a Dios con toda tu alma y todo tu corazón’. Y el segundo dado por Jesucristo: amarás a tu prójimo como a ti mismo. Estoy utilizando la Biblia, para que vean que no soy sectario y aunque parecía que la había desechado para substituirla por los Vedas al no encontrar en ella las respuestas a nuestras interrogantes filosóficas, no es el caso, pues en ella se encuentran verdades fundamentales eternas que pueden ser utilizadas en este contexto y en otros.
    Los Vedas dicen (la Bhagavad Guita cap XVIII-T66): sarva dharman parityajya mam ekam saranam vraja aham tvam sarva-papebhyo moksayisyami ma suchah. ‘Renuncia a todos tus otros deberes prescritos en las escrituras, por Mí, el Señor todopoderoso y el que a todos mantiene, refúgiate sólo en Mí. Yo te absolveré de todos tus pecados. No te preocupes’. Y más adelante Krishna, la Suprema Personalidad de Dios, menciona: manmana bhava mad-bhakto mad-yaji mam namaskuru mam evaisyasi satyam te pratijane priyo’si me.
    ‘Dedícame tu mente, ten devoción por Mí, adórame y póstrate ante Mí. Al hacer esto es seguro que tú vendrás sólo a Mí, te lo prometo de verdad; porque tú eres excepcionalmente querido por Mí’.
    Para poder entender esta idea o concepto del –Amor a Dios— vamos a tratar de definirlo de una manera sencilla y cercana a nuestra experiencia, porque habrá algunos seudo-filósofos que dirán que la experiencia del amor divino no es de este mundo material sino una experiencia trascendental y que lo único que experimentamos en este mundo es la lujuria, o la atracción sexual. ¿Cómo sabemos que estamos enamorados o que amamos a alguien? Veamos primero el amor romántico. El primer contacto que se tiene con una persona del sexo opuesto y lo que nos atrae es su forma, después será su carácter y cosas intimas de ella, pero lo primero será su característica física, esa forma involucra el cómo camina, como habla o sea su voz y su plática, cómo se ríe, cómo se arregla o se viste, se peina, etc. Es decir, lo externo de ella. Estos atributos que denotan su personalidad y que equiparamos con la belleza o que decimos son bellos, ¿de dónde vienen? ¿qué es la belleza? Sólo diremos que ésta debe provenir del Dios Personal Supremo, pues la belleza la percibimos como un atributo personal, aunque podemos percibirla también como un atributo impersonal que se encuentra en la naturaleza, cuando decimos: ¡Que hermoso paisaje, atardecer, etc! Pero esto sería una extensión de la belleza de Dios, pues es Su creación y debe estar imbuida por la belleza divina original debido a su conexión con Él, ustedes saben, causa y efecto. El efecto debe poseer algo de su causa. Un hijo aunque diferente de sus padres, posee algunas características de ambos progenitores y de sus antepasados.
    Pero regresando a la belleza humana, cuando decimos que alguien es feo o hermoso, ¿a qué nos referimos? Pues a que en la medida en que se parece a la Persona Suprema es hermosa y si tiene alguna distorsión de la armonía existente entre la nariz, los ojos, la boca, etc, o con los miembros superiores o inferiores, por algún accidente ya sea de nacimiento o de una quemadura o trauma, decimos que quedó horroroso o feo. O sea que la medida sería Dios o su prototipo y de ahí hacia abajo, lo que se aleje de su imagen, la desfiguración, es repugnante o desagradable para nuestra conciencia. Pero debe existir un modelo perfecto que es Dios. Por eso la vejez es evitada lo más posible, mediante los supuestos adelantos de la ciencia, con operaciones, cremas, vitaminas, ejercicios, etc. Porque los viejos van perdiendo la belleza, es por ello que no creemos en esa imagen descrita por el pintor de la Capilla Sixtina, donde describe a Dios como un viejo, ser viejo no es hermoso. Las jovencitas raramente se enamoran de los viejos, ¿no es así? Es una especulación alucinada adoptada por todos los seguidores que no tienen capacidad de pensar, esta es una de las razones del origen de esta pequeña obra. ¡Que piensen!
    Pero regresando a nuestro tema del amor romántico, las características de la persona que nos gusta, se nos introducen directa y sutilmente a nuestra mente y memoria, y comenzamos a pensar en ella muy seguido, a recordarla, y a eso le llamamos enamoramiento. El pensar continuamente en alguien con afecto o agrado. De igual forma si pensamos todo el tiempo en Dios, este acto es un acto de amor, porque no concentramos nuestra mente en otras cosas, sino en Él y a esto se le considera como adoración, mediante la función de la inteligencia, pues se necesita de esta última para dirigir o utilizar nuestra mente en esa dirección de acción.
    Esto lo podemos decir también de las demás formas de amor, el paternal, el fraternal, filantrópico, interpersonal, etc. En el caso de los hijos, nos vemos reflejados en ellos y de ahí surge el amor, porque nos amamos a nosotros mismos. En el caso de la amistad, es lo mismo, nos identificamos con el amigo, por la edad, los gustos, el parecido, si traemos el pelo largo o corto, si tenemos las mismas aficiones, etc. En el caso de la filantropía, puede ser por creencias religiosas de que sirviendo al prójimo servimos a Dios y por ello servimos a nuestros congéneres, tratamos de ver en ellos a Dios, el objeto más atractivo y adorable.
    Los Vedas registran cinco principales relaciones amorosas con Dios: neutra, servicial, de amistad, considerándolo como un familiar, y por último, considerándolo como pareja o consorte divino. Claro que desear no empobrece el deseo, sino que éste se esperanza por sí mismo, ahora que, realmente lleguemos a lograr que Dios sea nuestra pareja romántica, lo dudo; aunque no hay imposibles para Dios, pero no debemos aspirar donde no nos corresponde. Pero el sentimiento existe, de esto no hay duda, sobre todo en la India y particularmente en la secta bengalí del Santo Cheitanya, elevado por sus seguidores a la posición exaltada de Dios mismo. Lo cual es comprensible, pues cuando alguien se identifica tan intensamente como lo hizo este súpersanto iluminado con Dios, se imbuye de tal manera en la divinidad, que los que están a su alrededor, llegan a no notar la diferencia entre el adorador y el adorado. Pues el primero se funde en un océano de amor, que lo hace olvidarse de su personalidad, y sólo permanece la persona amada, que en este caso era o es, la Pareja Divina, Radha y Krishna. La cuestión es que en la misma época (el siglo XVI) en que apareció este notable Santo, simultáneamente aparecieron otros dos o tres súpersantos notables que también se les denominó como encarnaciones de Dios (o sea el mismo Dios) o porciones apoderadas de la divinidad, Vallabhacharya Mahaprabhu, y en gran medida Hit Harivansh Mahaprabhu, aunque sus fundamentos conceptuales son un poco diferentes, luego los veremos con detenimiento. Todos altamente respetables y dignos de un estudio metódico filosófico y religioso, sin fanatismos, por favor. ¿Por qué estos fundadores de sectas védicas renacentistas, son tan atractivas? Lo veremos si quieren seguir leyendo en el siguiente capítulo.
    Así pues, y para terminar esta disertación, nuestra relación con el mundo, debe ser una extensión de nuestro amor por Dios, y la mejor manera de demostrar este amor es a través del servicio, o sea el alma cuando es creada o emanada o como lo quieran poner o decir, existe con la función de amar de una manera innata, no la puede cambiar, nacimos para amar a Dios y a los demás que son partes o extensiones de Él (o Él mismo para los panteístas), y así mismo, tanto a la creación o naturaleza, como a las personas, que en realidad son almas espirituales en proceso de realizar esta verdad. ¿Esto contesta la última de nuestras preguntas?
    O sea que si mi religión ‘entre comillas’ o ideología, me dice que tengo que aventar cohetones que causan la muerte de mis congéneres por ser extremadamente peligrosos y molestan al vecino por su ruido ensordecedor, esto no es amar a los demás es molestarlos a lo tonto y no puede ser una función del alma, porque no estoy sembrando el amor sino el descontento. O si mi supuesta religión me dice que tengo que ponerme muchas bombas en la cintura para matar a otros y asumo que esto me llevará al cielo para disfrutar de vírgenes y vino, esto es una estupidez mayúscula. La religión católica por ejemplo, quemaba a la gente que no estuviera de acuerdo con sus dogmas primitivos, esto no puede ser una función del alma. Los musulmanes predicaban con la espada, le preguntaban a la gente de por sus latitudes: ¿aceptas a Mahoma como el único profeta y a Alá como al único Dios, o mueres? Pues la gente lo aceptaba o moría, no le quedaba de otra, fue así como creció esta religión primitiva. El Judaísmo también tenía lo suyo, era muy particular, sólo los judíos podían pertenecer a ella, ‘los elegidos’, los demás debían ser vistos como aparte de ellos, de ahí nació su exclusivo nacionalismo religioso que tantos dolores de cabeza les ha originado. No tienen un verdadero conocimiento universal, excepto el cristianismo, con todo y su insuficiencia filosófica. Pues Jesucristo no pudo decirles toda la verdad, lo hubieran matado no a los tres años de prédica sino a los tres segundos de decirla. Así estaban las cosas en aquellos tiempos. Lo mismo se puede decir de la alimentación, si mi ideología me dice que los animales no tienen alma y las plantas tampoco, pues a matarlos y comérmelos. ¡No! ¿por qué? ¿qué es la vida? ¿por qué la Biblia dice que no hay que matar? Dios es el origen de la vida y es la vida. Dios, supuestamente puso a Adán y a Eva en un huerto paradisíaco, no en una carnicería. Los animales son nuestros hermanos vivos que sienten como nosotros, tienen conciencia, pues viven como nosotros y sufren, no debemos hacerlos sufrir y decir que es mi religión. Son entidades vivas que por sus acciones pasadas se degradaron en esta vida a la existencia de animales. Así nos lo dicen los Vedas, o sea el conocimiento verdadero. Y luego por qué se queja la gente de que tienen cáncer y otras enfermedades mortales, por lo mal que se alimentan basándose en su ideología equivocada. ¿Ven lo peligrosa que es la ignorancia? Lo mismo se puede decir de tomar vino, los cristianos dicen que su Dios (Jesucristo) se emborrachaba (hasta aparecía vino de la nada) y que también ellos lo hacen, imitándolo. Y que esa es su religión. Envenenarse por intoxicación y luego ir a atropellar a alguien con el coche o hacer alguna estupidez.

    Capítulo Tercero
    Diferentes Conceptos Teológicos Fidedignos

    Después de analizar estas tres preguntas cruciales, surge una pregunta lógica respecto a cómo vamos a dinamizar los conceptos recién adquiridos en beneficio de nosotros mismos y de los demás, es decir, en la búsqueda de la felicidad permanente. Ya sabemos que somos almas espirituales, que el mundo es una creación (o emanación, o es Él mismo pero en grados diferentes de existencia) de Dios, para que las almas que desean gozar aparte de Él personalmente o sin tomarlo en cuenta, lo intenten con la consiguiente reacción de placer o dolor, aunque algunos pensarán que Dios hizo este mundo sólo para nuestro disfrute, pero entonces ¿por qué existe tanto sufrimiento en el mundo?
    También, que no somos el cuerpo material y debido a éste es que sufrimos, pues es sólo un vehículo del alma constituido de elementos materiales, como agua, fuego, tierra, etc. Para poder hacer esto —dinamizar o ponernos en acción—necesitamos más conceptos revelados que nos guíen en este camino de la perfección. Es aquí donde surge el —Vaishnavismo— o el concepto incluido en los Vedas de que Dios es una Persona Suprema, digna de recibir nuestras adoración, nuestro amor, atención, estudio, para después poder comunicar a otros estos conceptos, y más almas lo glorifiquen, pues es parte de Su voluntad que mediante esta glorificación y entrega, todas las almas encuentren por fin la paz, y el estado perfecto de felicidad, que todos anhelamos en lo más recóndito de nuestro ser.
    De ahí surgen varias revelaciones o interpretaciones que pueden confundirnos si no tenemos una idea clara de este fenómeno indispensable que es el Vaishnavismo.
    Como le mencionaba hace poco a una amiga vecina de Valle de Bravo, que es donde resido actualmente; soy de la opinión de que lo malo de cualquier secta basada en alguna enseñanza revelada, es que ésta verdad siempre trae consigo (y por consiguiente les da la oportunidad a las entidades agobiadas por el engaño innato, a que aporten) su dotación de omisión, la cual produce la falsedad y la mentira, debida a la especulación y que se encuentra pegada, por decirlo de alguna forma, o es una parte ilusoria o reflejo distorsionado de ella misma, porque así es el Absoluto, debe incluir lo que no es realmente, como parte lógica de su totalidad y con el propósito de confundir a los que creen que este camino es imposible o fácil (Dependiendo: imposible para los ateos que se les hace ésta una tarea absurda, y fácil para los engañadores que se hacen pasar por iluminados para engañar a los demás, sin serlo) o de darles a los escépticos su dotación de argumentos para difamar y trasgiversar la Verdad, y con ello proveerles aparentemente de cierta libertad de pensamiento.
    Algunos ejemplos: El alma no es el cuerpo, pero cree que sí lo es, esto es una ilusión y una mentira que aparentemente cree el alma y que es generada por Dios. Otro: Dios es todo y es el más bello y atractivo, y el alma aun cuando es Su parte y porción no lo ve o lo percibe de Persona a persona con toda Su grandeza, y es mantenida en la oscuridad por medio de la ignorancia que es su cuerpo y mente materiales constituidos de elementos de energía inferior sin conciencia, esto es otro engaño o mentira hacia el alma de parte de Dios. Otro ejemplo sería el del Budismo, los budistas de acuerdo a las enseñanzas de su fundador no creen en Dios y por lo tanto no lo veneran, siendo que el Buda mismo es una de las diez encarnaciones de Dios (Vishnu, lit. omnisciente) según los Vedas o para los Vaishnavas, quien apareció en este mundo en forma personal para darles a estos ateos argumentos con los cuales pudieran negar Su existencia, otra forma de mentira u omisión hacia cierto sector humano que lo merecía o lo merece, si es afín a este concepto.
    Y así podemos continuar indefinidamente con los ejemplos. Esto no quiere decir que no podamos obtener contestaciones perfectas a nuestras preguntas, a sabiendas que podemos encontrarnos con mentiras ‘reveladas’ como la budista u otras. Porque debemos entender que Dios les dará cierta información a sus partes y porciones de acuerdo al deseo de ellas, más Su sanción. Así por ejemplo, los Testigos de Jehová (secta norteamericana), desean un paraíso terrenal donde puedan vivir con sus cuerpos materiales en perfecta paz y con su salvador Jesús; pues existe esa opción en el Satya Yuga o la Era de Oro Védica, donde las entidades son 100% espirituales o religiosas y viven la friolera de 100,000 años sin que haya deterioro o vejez y enfermedades, en este mismo mundo material. Así que esta prédica de ellos es parcialmente verdadera pues su concepto del alma es deficiente, imperfecto y primitivo, y por lo tanto para nada trascendental, debido a su carencia de conocimiento de ésta dimensión en sus escrituras. Clásico deseo gringo de poseer la tierra indefinidamente, pero como supermanes.
    Vemos que la omisión en las escrituras da lugar a la especulación que es otra forma de mentira o ficción (interpolaciones), como las del catolicismo romano, con su purgatorio creado para satisfacer una necesidad material y vender sus indulgencias en el siglo XVI, o la práctica de la inquisición de matar por medio del fuego a sus perseguidos para que salven su alma.
    Para terminar, la Verdad es la Verdad pura pero la mentira impura le cuelga (El Bhagavatam menciona que en la espalda o en la parte de posterior de Dios, se encuentra la irreligión) o está añadida de alguna manera, para servirla o por ser ella una parte de la totalidad de la realidad o una posibilidad dentro del absoluto, y así vemos que las películas son mentiras muy bien contadas y que reciben honores de la sociedad, lo mismo podemos decir del teatro, que aunque está basado en hechos de la vida real, al representarlos son mentiras, falsedades y las más de las veces exageraciones que no les han pasado a los actores en realidad, pero que son revividas de una manera fingida para enseñarle a la sociedad o simplemente para entretenerla.
    Teniendo en cuenta este punto, de que por fuerza nos vamos a encontrar con alguna incongruencia en el Vaishnavismo, que aunque es éste un proyecto de conocimiento para la perfección, moralidad y de conducta proveniente de Dios respecto al mundo temporal e ilusorio para el alma, no se encuentra libre de que alguien imperfecto le introduzca su problemática existencial limitada, pero procedamos a investigar qué es.
    Como ya mencionamos antes, el Vaishnavismo es una de las revelaciones Védicas respecto a que la Verdad o el Absoluto, comprende también a una Persona Suprema Hermosa y repleta de amor trascendental, y con todo los atributos concebibles e inconcebibles. Aquí viene un punto muy importante y que mencionaba Antonio Caso nuestro querido paisano y filósofo mexicano, él decía, ‘la gente puede vivir sin conocimiento pero no puede vivir sin Amor’. Tenía razón en esto, a la gente no le importa saber muchas cosas importantes y de sabiduría lo que quieren es divertirse, gozar, reírse del último chiste político, enajenarse con las telenovelas, ni siquiera quieren saber que tienen cáncer por comer porquerías como la carne de animales inocentes (carroña), sólo quieren disfrutar como bestias o peor, porque los animales no se intoxican con alcohol y otras sustancias tóxicas.
    Por ello el conocimiento es importante hasta cierto punto y sólo como guía para ayudarnos a vivir y a compartir el amor universal. Teniendo en cuento esto, el conocimiento que les quiero comunicar es sólo un medio para que cultiven al amor en todos sus matices y formas que pueda existir, hacia lo humano, hacia la naturaleza, hacia lo divino o trascendental, y hacia lo imaginativo o lo que está más allá de nuestra capacidad de entender, hacia las demás personas intolerantes y sectarias que abundan a nuestro alrededor, etc.
    Como ya mencioné, el Vaishnavismo está implícito en los Vedas que no sólo lo abarcan a él sino a otros conocimientos, pero que es el meollo de nuestra disertación. Y aunque el conocimiento es las más de las veces o casi siempre, independiente de los grupos religiosos o de devotos que se agrupan a su alrededor, es la raíz y fundamento de las sectas o religiones que existen en el mundo, y sus diferencias serían sus distintas interpretaciones.
    Les voy a dar un ejemplo para que se entienda esto mejor: No obstante Jesucristo les dijo a sus seguidores que amaran a sus enemigos, los cristianos siempre odian a sus enemigos y han promovido infinidad de cruzadas medievales y de otras para exterminar a éstos, entonces ¿dónde quedó el conocimiento o la enseñanza de Jesús? En los libros nada más, pero el que puede seguir estas enseñanzas es un verdadero devoto.
    Así pues, el primer exponente sectario y a la vez universal del Vaishnavismo que se conoce fue Ramanuja del sur de la India, en el siglo VII d.C., quien organizó a los devotos en cofradías religiosas para adorar a Vishnu y su consorte eterna Sri Lakshmi (la diosa de la fortuna), después le siguió Madhavacharya en el siglo XIII d.C., hasta el siglo XVI que dio lugar a tres fundadores de un Vaishnavismo un poco diferente entre ellos, el de Vallabhacharya, el de Cheitanya y el de Hit Harivansh Mahaprabhus.
    Aunque la contribución de Ramanuja respecto al Vedanta o la conclusión más elevada y sintetizada de los Vedas fue muy grande, su influencia en el devenir del hinduismo es todavía más grande. Al introducir la urgencia para la adoración devocional o Bhakti en su doctrina de salvación o mukti. Y con esto le da al Bhakti una base intelectual sin igual. Y desde esa época le da una fuerza mayor a todas las sectas religiosas del hinduismo de norte a sur y de este a oeste. Su conclusión filosófica basada en la revelación védica se le llama ‘monismo modificado’ o sea admite la identidad de la materia , el alma y de Dios en una sola realidad. Algo parecido al pensamiento de Shankara pero con la introducción del Dios Supremo Personal o Vishnu y su adoración concomitante.
    Todo es Dios pero modificado en estas tres categorías. El ejemplo que refiere es el siguiente: así como el cuerpo en cierta manera modifica al alma, pero no tiene una existencia separada a la de ella y sin embargo es diferente de ésta, de igual forma las categorías, de las almas y la materia, constituyen el Cuerpo de Dios, que hasta cierto punto lo modifican y no tienen una existencia separada de Él. Por lo tanto, la meta del alma es la de servir a Dios, así como el cuerpo sirve al alma. Cualquier cosa diferente de Dios es una emanación de Él y todo el mundo fenoménico es una manifestación de la gloria de Dios, y negar su realidad, como lo hizo Shankara, es negar Su gloria. Por lo tanto la salvación para Ramanuja es la búsqueda positiva de la contemplación de Dios. Encapsulada, es más o menos su exposición de las verdades védicas reveladas o su interpretación. Por ser de los primeros Vaishnavas organizados en la India, poseen los templos más antiguos y enormes del sur de ésta, como Tirumala y Rangakshetra, el primero está forrado de oro puro, en sus techos y paredes, y el ejército de la India se encuentra siempre ahí para protegerlo. Ramanuja tuvo una visión de Vishnu y su consorte Lakshmi, y por ello se dedicó a su adoración, durante toda su vida.
    Madhavacharya del siglo XIII a.d., nació en una familia brahmánica, y su vida, en muchos aspectos, se parece a la de Jesús, pues se le atribuyen milagros parecidos a los que este último llevó a cabo, por ejemplo, cuando era joven lo encontraron sus padres, después de buscarlo durante cuatro días por todas partes, discutiendo eruditamente con sacerdotes de Vishnu; más tarde en un peregrinaje a la ciudad santa de Benares, se dice que caminó sobre las aguas del Ganges, también multiplicó panes, calmó las aguas y se dedicó a ‘pescar’ hombres para su redención.
    Es considerado como la encarnación de vayu o el semidiós del viento, elaboró la doctrina Tattvavada la cual establece que la realidad es dual, o dveita, no monista, es decir, afirma las eternas e inmutables diferencias entre las almas o jivas, y Dios, y además las cinco diferencias, en donde las tres clase de entidades del universo, la materia sin conciencia, el alma con conciencia y Dios o Ishvara (el controlador) son todas reales, y sus diferencias también son reales. Tattva quiere decir entidad real, y Tattvavada significa ‘doctrina de las entidades reales’. También se le denomina como Bheda-vada (doctrina de las diferencias). La comprensión de estas cinco diferencias pareciera trivial, pero tras una consideración cuidadosa, uno se puede dar cuenta que al entenderlas todas apropiadamente, uno necesita saber las propiedades significativas de cada clase de entidad en todo el universo. Por que se dice que toda la miseria e infelicidad es debida a la falta de comprensión de una o más de estas diferencias. Por ejemplo: si uno actúa ignorando la supremacía del Señor Vishnu, y sufre a consecuencia de esto, se puede decir que falsamente uno se ha envestido a sí mismo de Sus propiedades únicas e irreproducibles, como la independencia, la potencia, etc. En forma similar, la aflicción que uno experimenta debido a la pérdida de la belleza física, de la fuerza, vitalidad, etc., o debido a la muerte de un ser querido, es debida a la falsa identificación del cuerpo sin conciencia y que siempre está cambiando, con la consciente alma inmutable. En el mundo material, quien toma por oro al cobre, al vidrio por diamante, etc., que son fallas en la percepción de las diferencias, son causa de lamentación. Mas uno que percibe correctamente y plenamente las cinco diferencias, se dice ha alcanzado el conocimiento y es adecuado para la salvación o mukti.
    Más o menos es la filosofía de este gran devoto y filósofo, que también promueve la adoración de Vishnu en la forma de Krishna como niño, en su principales templos. Las literaturas de ambos vaishnavas es muy prolífica y en ocasiones colisionan. Por aquello de que la verdad da cabida a la omisión o a la desviación o distorsión; se acuerdan de lo del agua (hielo, vapor, etc), no quiero con esto justificar cualquier aberración que se dé en el Vaishnavismo, y que se ha dado.
    Ahora que lo del Dios por temer, se debe a que Vishnu es el Dios todopoderoso que vive con todo lujo en Vaikuntha, un lugar sin ansiedad, vejez, ni muerte, rodeado de todos sus poderes sobrenaturales, con palacios súper majestuosos, en donde las entidades vivientes sienten un ambiente de respeto y admiración descomunal hacia Él (que desde nuestra posición dependiente y pequeña se traduciría en temor reverencial) y su figura muestra varios brazos (mínimo cuatro) debido a su poder, dos para sus devotos con objetos benéficos y dos para sus enemigos, con armas, porque esta es la posición de un rey supremo, o sea un guerrero o de la casta belicosa. Como lo llamaban los antiguos judíos.
    Ya que la meta de éstos era la conquista de la tierra, su religión tenía características guerreras. La Enciclopedia Británica menciona: “Organizados como un ejército llamado ‘Las Hueste de YHWH’ Ex. 12:41, ellos acampaban en un cuadro protector alrededor del paladium —una especie de carpa donde el Arca de la alianza, con las ‘Tablas del Convenio’, descansaban— y cuando viajaban cargaban los objetos sagrados custodiados por los Levitas (una tribu que llevaba a cabo las funciones religiosas), cuyos rivales, los Aaronitas tenían el monopolio del sacerdocio. Dios, que en ocasiones era llamado ‘El Guerrero’, marchaba con la armada y parte del botín era entregado a sus ministros”.
    Dios puede hacer y deshacer o destruir lo que quiera, éste es el Dios majestuoso que hay que temer. A diferencia de Krishna que es un Dios amoroso, romántico y cercano, dulce, en la forma de un niño, que todos aman, y con quien juegan, hasta a subirse en sus espaldas, regañarlo (sus padres) o castigarlo y hacerlo llorar. Mas esto no se puede hacer con el majestuoso Vishnu.

    Capítulo Cuarto
    Vrindaban, la Tierra del Dios Supremo

    No quiero dejar completamente el asunto de la mentira o lo que no es verdad, o la falta de información dentro de la revelación, que también sería un tipo de omisión, sin aclararlo lo mejor que pueda; si bien los sabios iluminados que fundan religiones o congregaciones que ayudan al bienestar humano son del más alto calibre, debemos entender que éstos son limitados en su conocimiento por su condición atómica y por lo tanto no pueden entender a plenitud al Absoluto, lo finito no puedo contener a lo infinito. De ahí que surjan diferentes puntos de vista del absoluto, y por ello surjan distintas denominaciones religiosas y luego aberraciones seudo-religiosas, lo cual se describe muy bien por medio de la historia de los ciegos y el elefante. Ahí les va:
    Unos ciegos deseaban conocer qué era un elefante y fueron a palparlo pues no lo podían percibir en su totalidad mas que a través de sus manos, uno lo tocó en la trompa y pensó que era como una manguera, otro el colmillo y pensó que era como una lanza, otro las orejas y pensó que era como unas hojas grandes de palmera, el que le tocó las patas creyó que era como una columna y el que le agarró la cola, se llevó la impresión de que éste era una cuerda. Todos lo percibieron diferente aunque era la misma cosa u objeto, de igual forma la verdad absoluta puede ser percibida de diferentes maneras de acuerdo al tiempo y las circunstancias.
    Teniendo en cuento esto, pasemos a los conceptos más atractivos del Vaishnavismo y a los no tan atractivos, esto nos pone directamente de frente ante el Dios por temer (Vishnu) y por ello menos atractivo y al Dios Supremo, que aunque es el mismo, pues sólo hay uno, se manifiesta como cercano, amoroso y adorable (Krishna) y por último a Su contraparte divina femenina o Dios/Ella (Radha).
    Comencemos con el movimiento del Señor Cheitanya (quien apareció en 1486 a.d.) originado en Bengala, India, que es muy conocido en occidente, ya que sus seguidores, me pesa decirlo, se la pasan disputando entre ellos por diversos motivos filosóficos y por la lucha en la adquisición de seguidores y su dinero, o los donativos de parte del público, además son muy sectarios e intolerantes. La doctrina que enseñan es llamada Achintya bhedabheda Tattva, la cual asevera que la Verdad Absoluta es inconcebiblemente igual, como también diferente de las almas, y de la materia.
    De primera impresión pareciera esto una galimatía (lenguaje oscuro por la impropiedad de la frase o por la confusión de las ideas), una dialéctica (razonamiento) difícil de comprobar o una teoría inescrutable; o sea que todo lo que ven es Dios (panteísmo) pero también el mundo, es diferente de Dios. ¿Cómo ven?
    Les voy a dar una ayudada. Dios es trascendental y por ello, puede estar en todo, sin ser todo, o sea desde otra dimensión gobierna y manda y sostiene a la materia y a las almas, las cuales son sus energías separadas, pero dependientes. El ejemplo que dan es el de la leche de vaca: ésta es un producto energético que existe separado de la vaca pero que se origina de la vaca y que provee energía a las entidades vivientes, al darles alimento y vida. De igual forma, las almas y el mundo material son energías separadas de Dios, pero a la vez, dependientes de Él. Las almas, según algunos Cheitanyitas estaban con Dios (Krishna) y por envidia hacia Él se cayeron a este mundo material de sufrimiento e ignorancia, pero por servirlo y amarlo otro vez, pueden recuperar su lugar perdido en el paraíso trascendental, donde no existe la enfermedad, la vejez y la muerte. Otra sección Cheitanyita (porque hay muchas, como 100) asevera que las almas son Brahman o sea que provienen del aspecto impersonal de Dios, el cual es solamente una luz infinita, o chispas de conciencia que del estado indiferenciado de la conciencia divina, en los límites con la materia o energía externa (Bajiranga shakti), se comienzan a diferenciar las almas, para después caer en el mundo material, como semidioses,

    indradyumna das

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